NO es NO y SÍ es SÍ. ¿O no siempre?
Pues parece que no lo tenemos tan claro… ¿Por qué nos cuesta tanto marcar límites, establecer normas o crear acuerdos?
¿Es este el mal de estos tiempos? ¿Dónde acaba la educación respetuosa y empezamos a pecar con el permisivismo o el autoritarismo?
¡Madre mía! Esto es un cacao maravillao… Andamos «bailando» de un estilo educativo a otro sin saberlo y solo dependiendo de nuestro estado de ánimo en la mayoría de los casos (otras veces dependiendo de quién esté mirando, otras de la prisa, otras de las dudas al conocer nuevas herramientas educativas….)
En fin… a ver si podemos aclararnos un poco 😉
No abandones el ejercicio responsable de tus funciones como adulto guía, educador, padre o madre, debes ser ese adulto de referencia que el menor NECESITA.
Para ello habrá ocasiones de retos en las que te dejes llevar por los consejos de personas cercanas (si eres responsable y por ello valiente de pedir ayuda) o de metodologías educativas, en otras te guiarás por tu instinto y en otras por la desesperación.
En estas últimas es en las que debes ser más responsable que nunca de tu función: debes darte cuenta de que has perdido el control SOBRE TI MISMO, ahí es donde más riesgo se corre, cuando estamos descontrolados por querer controlar al hijo/alumno. Y será el momento en que uses toooodas esas herramientas educativas que conocemos y que son punitivas (hacen daño, entonces no educan ni guían de forma respetuosa si no que amaestran).
Para marcar los límites de forma clara en tu hogar o aula necesitas:
– Estar en calma ante todo, para poder pensar.
– Tener presente el amor que os une y cuánto te importan esas personas- Ser coherente (de ahí el estar en calma) y no perder de vista el objetivo que necesitáis cumplir.
– Ser consciente de la etapa madurativa en la que están (y estás) para así no desatender las necesidades básicas con las normas que se establezcan.- Ser firme y amable en cada uno de los límites: atendiendo las necesidades de las 3 partes implicadas (tú, ellos y la situación concreta en la que estáis) a partir de los 4 años ellos ya pueden expresar sus necesidades. Antes de esa edad está todo en tu mano, sé amoroso y honesto.
– Establecer normas y límites que sean flexibles y revisables. Todos vamos cambiando, si revisamos lo que no funciona el equipo será más eficaz.
– A veces es necesario centrarse en CUIDAR y salvaguardar su salud entonces el límite será establecido desde la más profunda reflexión previa* (al final os comparto un ejemplo con nuestros hijos).
– Confiar en los hijos/alumnos a la hora de crear los límites y las normas: ellos aportarán soluciones útiles y sencillas, que facilitan mucho la labor, SI LES DAMOS LA OPORTUNIDAD de hacerlo. De ahí que demos mucho valor a crear acuerdos, en los que ambas partes estén implicadas y así se involucren más en alcanzar el objetivo buscado.
– Resume. Resume. Resume. Si creáis una lista de normas… revisadlas y eliminad alguna, seguro que podéis aunar varias con un texto sencillo… ¿Para qué? para que no haya tantas 😅 a veces agobian y con 4 o 5 generales muy claras sería suficiente.
– Expresa en plural y desde el «hemos decidido» (siendo real, claro, que sean consensuadas): «Mantendremos el aula limpia» p. ej.- Expresa en positivo (construyendo y mostrando confianza en los demás): «Si a alguien le molesta lo que hacemos buscaremos una alternativa» en vez de « No jugaré a lo que moleste» (evitar los noes en lo posible). «Caminaremos con orden en los pasillos» en vez de «No correr» p. ej.- …
Si surge algo sobre lo que NO HABÍA UNA NORMA establecida simplemente resolveremos con respeto mutuo, validando y enfocándonos en soluciones para después, con calma, crear el acuerdo de la norma que sea necesaria para evitar que eso vuelva a pasar.

Normas y límites.
Y algún detalle más que seguro podéis tener en cuenta y que confío en que ya, viendo en qué línea vamos, sabréis atender.
Mantened la mente puesta en el objetivo principal: FACILITAR Y MEJORAR LA CONVIVENCIA al generar entre todos un ambiente agradable, de respeto mutuo.
El objetivo de unas normas o de marcar unos límites no debe ser dejar claro quién manda, ni alimentar nuestro ego, ni compensar los errores que cometieron con nosotros quienes nos maternaron, ni siquiera calmar nuestros miedos, el objetivo debe ser mejorar la convivencia y la eficacia del grupo (familia, aula, equipo…) con un ambiente agradable de seguridad y respeto. RECUÉRDALO.

* Al ser madre me encontré con situaciones con las que no contaba, entre otras la de llegar a un lugar con una valla, una barandilla, un murete bajo, con un quitamiedos o con unos simples postes de madera y una cinta cruzada evitando el paso.
Cuando alguien decide instalar una de estas limitaciones físicas es porque considera que así evita riesgos. Esto los niños necesitan saberlo, así tal cual, la información real: una valla significa «parar, stop, peligro, prohibido el paso…». También es cierto que la curiosidad es excesivamente atrevida en ciertas edades, que las barandillas a veces tienen barras justo en la altura que pueden subir sus pies para asomarse un poco más… En fin, ¡peligros a la vista! (no es lo mismo un cierre de una finca que por respeto de propiedades no debes cruzar que un límite de obras, acantilado, etc.) y surge la imperiosa necesidad de una norma general.

¿Qué necesidades hay que atender en este caso?
– Mías: mantenerlo seguro y enseñarle a respetar los límites físicos.
– De los niños: ver qué hay al otro lado.
– De la situación: mantener la seguridad de las personas o dejar claros los límites de propiedades.
Conseguimos atenderlas todas con la siguiente decisión: «Ante una valla o límite físico siempre mantendremos los pies en el suelo. Si alguien necesita auparse nos lo dice y le ayudamos»

Esta decisión se comunica así 2 o 3 veces, las que sean necesarias hasta que se haya comprendido. Es un entrenamiento en una norma nueva, hay que confiar y dar tiempo. A partir de ahí se abrevia y con acariciar esa pierna que ya se va a subir y un simple «Los pies en el suelo» es suficiente para que recuerden. Por supuesto mostrarse disponibles… «¿Quieres que te ayude a ver lo que hay, quieres que te aúpe?» o yo también me agacho y miro entre barras de barandilla como a ellos les toca hacer, doy ejemplo.
El objetivo se cumplió pudiendo todos mantener la calma en situaciones que hubiesen sido a veces muy estresantes por riesgo.
¿Y tú? ¿Qué tal te apañas para poner los límites?

Yo, Contigo, Desenredo

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