Secretos para acercarte a tu hijo sin que se «espante»

por Blog, Exclusivo para tu familia

El día está llegando a su fin  y te acercas a tu hij@ para hablar, para saber qué tal le ha ido todo.

A veces  se extraña de que le preguntes, otras veces pone punto final a la conversación con un rotundo «Bien» y se va a lo suyo, otras veces se queda y conversa… Pero, en la gran mayoría de ocasiones, a los padres nos queda una sensación de… no sé, de «No me cuenta nada» … «Cada vez le siento más lejos» «Cariño, le estamos perdiendo!!» y podemos acabar en reproches entre los adultos como:

«¡Si le hablaras de otra manera no se espantaría!»

        Y tenemos razón, ahí está la clave: según cómo nos comunicamos con ellos conseguimos un acercamiento o un distanciamiento, y, si no ahora, seguro a largo plazo.

Vamos con un ejemplo:

Niña de 11 años. Vuelve por la tarde a casa después de su clase de atletismo y de estar un rato con las amigas. Viene pensando en acabar unas tareas de clase. En casa está su madre. Al entrar la hija saluda y empieza a escuchar:

(Primera opción)

       «Hoy me llamó la tutora. Me vas a explicar qué es lo que está pasando porque ya tenemos bastantes problemas con todo como para que yo, después de toda la jornada trabajando para que a tí no te falte de nada, tenga que pasar el apuro de que me llamen para quejarse de ti y de que no te callas en clase. ¡A ver! ¿Qué es lo que pasa? ¿No puedes estar como los demás y esperar al recreo para charlar? ¡Caramba!… ¡pues a ver cómo lo arreglas porque yo no estoy dispuesta a estar yendo al despacho de la tutora a oir sermones por algo que revuelves tú!»

       Hmmmmm… seguimos.

(Segunda opción)

        «Hola. ¿Cómo estás?… ¿Sabes? hoy recibí una llamada de tu tutora, me comentó que se crea un problema cuando interrumpes en clase hablando y que, últimamente, se está repitiendo a menudo.

       Me imagino que si te llamó la atención delante de todos habrás pasado hasta vergüenza ¿no? la verdad que se pasa mal cuando tienes tanto público ¿eh? me acuerdo yo de una vez que con un profe me daban ganas de meterme debajo de la mesa de lo mal que lo pasé, todos mirándome a mí y riéndose.

        Mira,  yo sé que a veces os apetece comentar cosas y os hacéis preguntas unas a otras, pero necesitamos encontrar una manera de que no interrumpas por ello la clase. A ver qué se nos ocurre y mañana vamos a la  tutoría juntas y se lo proponemos ¿vale?»

       ¡Anda!… esto suena de otra forma ¿no?

Cuando un adulto es capaz de mantener la calma, mostrar empatía y enfocarse en soluciones y no en culpar ESTÁ CONECTANDO con su hijo (o alumno) y provocando un ACERCAMIENTO. Porque se muestra disponible y valida esas emociones que está sintiendo el joven.

Por el contrario, cuando el adulto juzga, culpa, recrimina, reprocha… lo que hace es encaminar esa relación a un DISTANCIAMIENTO que puede ser eterno.

Sabemos que se van a equivocar, de hecho tenemos que dejar que se equivoquen, y aprovecharemos esos errores para aprender algo positivo y poder usarlo en la próxima ocasión.

Si tu fueses la niña de 11 años que charlotea en clase ¿qué actitud de tu madre elegirías para escuchar al llegar a casa,  la primera o la segunda?

Revisa tus intervenciones con tus hijos ¿crees que ACERCAS o que DISTANCIAS?

Las herramientas de educación desde el respeto mutuo nos ayudan a aprender estos «pequeños trucos» y mejorar las relaciones. Al fin y al cabo, cuando surge la llamada de la tutora, el asunto principal a tratar es mantener sana y fortalecida la relación entre padres e hijos y, desde ahí, resolver eso de hablar en clase y molestar.

Compartes?? 😉

Mejora la comunicación, mejora la relación.

Para CONECTAR con tu hijo necesitas conocer estas herramientas de educación.