«Mamá… ¿al final puedo ir al cumpleaños o no?…
por que ya es la hora que quedamos…»
«Lo sé. Sabes que tus responsabilidades deben estar hechas antes de ir a «extras» y sabes que yo soy la primera que estoy deseando que puedas disfrutar. Aún así hoy tengo dudas»
«¡¡Lo sabía!! me dijiste el otro día que sí y ahora no me dejas!!» ¿¿Te hierve la sangre??¡
«Aún no te he dicho que no ¿me puedes escuchar?»
«¿Qué quieres?»
«Que pienses y me digas porqué esta mañana burlabas y llegaste a menospreciar y a insultarme cuando te recordé que llegaba tu hora de ir al partido y estabas sin desayunar jugando con el móvil»
«Por que estaba cabreao…»
«Y por qué ahora, cuando llevas otra hora y media de móvil, te vuelves a enfadar y a hacer burlas»
«Por que no me acordaba de que tenía lo de clase sin hacer y de que a las 6:30 era el cumple»
«¿Quién decidió jugar en vez de hacer las responsabilidades entonces? ¿Tú o yo?»
«Yo»
«¿Dónde está la explicación entonces de que trates mal a los demás cuando el responsable del error eres tú? Sabes que siempre te acompañamos y apoyamos para que veas maneras de resolver y de estar atento a la próxima. Hoy estoy dolida con lo que me dijiste… Quiero que disfrutes el cumple pero sobre todo necesito cariño y respeto»
«Vale… ¿puedo ir o no?»
«Pues fíjate cómo ahora, que te interesa no estar cabreao, me escuchas sin interrumpir y no me burlas… Nos quedan varios años de adolescencia y esto no nos conviene para convivir en familia. Quiero confiar en ti y que me digas qué crees que puedes hacer el próximo sábado»
«Pues intentaré acordarme de los deberes y si no me acuerdo y me los recuerda alguien no enfadarme»¿¿Te hierve la sangre??
«Puede ser una buena solución. Lo vamos a probar. Déjalo escrito para que no haya malentendidos de aquí al sábado, ¿vale? Esto es una decisión tuya y debes asumir la responsabilidad de lo que te has comprometido»
«Vale. Aquí lo tenéis. ¿Ahora ya puedo ir?»
«Sí. ¿A qué hora es la merienda?»
«A las 8:30 en el burguer»
«De acuerdo, a las 10 te recogeremos»
………………………………………………………………
Que tu hijo pre-adolescente se va cabrear, va a hacer burlas, intentará romper los acuerdos, poner sus normas y organizar sus cosas sin que tú intervengas… querrá hacer lo que él quiera y como él quiera.
NORMAL. Podréis estar tranquilos si lo hace: será un adolescente perfecto.
Lo que no quita para que, estando nosotros informados de lo que ocurre y porqué, pongamos límites siendo firmes y amables al mismo tiempo.
«Pero te ha llamado mentirosa»¿¿Te hierve la sangre??
Sí, es cierto, es un error más en el que debo mostrar cómo me siento y qué necesito que haga la próxima vez para no hacerme sentir así. Un error más en el que debo acompañarle (que no rescatarle) analizando qué pasó y porqué para pensar alternativas respetuosas para la próxima… ¡Pero claro! cuando los 2 estamos en calma, no en el momento del conflicto. Y le doy ejemplo a la vez de cómo hacerlo él en sus relaciones con los demás.
Recuerda que lo importante es mantener la relación sana y una conexión sólida para, desde ahí, resolver en positivo sin entrar en lucha de poderes.
Estas son situaciones de una madre que aprende a auto-controlarse, no tomárselo a lo personal y acompañar a su hijo en el proceso, y dejan de ser «Malos ratos de una madre» para pasar a ser «Ratos de aprendizaje en familia» (el hermano menor está presente y atento: importancia de dar ejemplo de unión y honestidad)